Si no fuera porque en la fachada colgaba un cartel que decía INEM, casi hubiera pensado que era la entrada a unos grandes almacenes en las rebajas. La puerta de acceso estaba bloqueada por la cantidad de personas allí concentradas, dentro y fuera de la oficina. No solo llamaba la atención el «overbooking», también el buen aspecto de las personas.
Por cierto, el aparcamiento también imposible. Crucé una breve conversación con el “gorrilla” que parecía contento con mi trato y lo comparaba, por contraste, con “la gilipollas que se había ido antes”. El señor, escuálido y desdentado, me insistía “así está el país, porque nos ignoramos unos a otros, si no nos ignoráramos sería otra cosa”. Mientras, pensaba yo “así está el país, sintiendo y vomitando crispación a marchas forzadas”.
Lamentable y efectivamente el PP, Partido Popular y partido gobernante, se ha cargado la clase media de este país. Los ricos son más ricos y los pobres, paupérrimos y numerosísimos.
No es la primera vez que soy clienta del INEM, tampoco será la última probablemente, lo que sí es cierto es que durante esta visita, rodeada de tanta tristeza social que impregna la calle, mis seis sentidos estaban especialmente sensibles y despiertos. Mientras observaba a mi alrededor, vi muchas caras, observé muchos aspectos y escuché muchas conversaciones.
Me llamó la atención especialmente cómo un señor se dirigía a la que casi seguro era su esposa quejándose porque no le habían dejado usar el WC. Al parecer, éste era sólo para uso de las personas que allí trabajan. Este insignificante detalle me hizo caer en la cuenta de que, a diferencia de otras épocas, la asiduidad y la mayor duración de las visitas, estaban generando nuevas necesidades que, sin duda, tales instalaciones debieran tener previstas.Pero lo mejor vino después cuando el señor, que seguía inmerso en su retahíla, protestó: “pues no lo entiendo porque aquí hay dos instituciones públicas representadas, el Ayuntamiento y la Junta, ¡son públicas y esto lo pagamos todos!” Aunque fuera por una absurda anécdota, pensé que mira por dónde estos del gobierno no habían conseguido arrancar aún del todo nuestra identidad colectiva. El sentimiento de lo público sigue presente, como reivindicación de lo nuestro, como derecho básico… tan básico como ir al baño. Fue lo mejor del día, además de la simpatía del funcionario que me atendió al llegar mi turno. Y el final del día ya fue de traca, no sé si casualidad o eficacia, el caso es que al abrir mi Twitter entre mis nuevos seguidores estaba Cursos INEM 2013 (@cursos_inem)…
Lo peor fueron otras reflexiones como estas,
¿Que tipo de empresarios (CEOE) tenemos en este país que,
en lugar de crear empleo, expulsan trabajadores al paro
delegando esta responsabilidad en el INEM?
¿Cómo es posible que quien pague tantas nóminas en la actualidad sea precisamente el Instituto Nacional de Empleo
que nada tiene que ver con una empresa?
¿Cómo se concibe esto?
¿Qué tipo de gobierno tenemos que es incapaz de dar solución
a las personas que conforman su pueblo
a pesar de haber llegado al poder presentándose
como «el partido de los trabajadores»?
De vuelta a una realidad menos cruel,
retomo mi actividad sindical diaria, y continúo con mis compañeras y compañeros «a lo nuestro» aunque nos estén “cayendo chuzos de punta” por ser
eso tan denostado, sindicalistas.
Aún sin estar ninguno de ellos de alta en la seguridad social, hoy han celebrado reunión de Comité de Empresa en Isla Mágica para convocar asamblea de trabajadores la próxima semana. La citada asamblea la celebraremos mientras cobramos del INEM y mientras la mayoría de la plantilla que asista también lo hará. Pero lo importante y lo primero era que una empresa, la nuestra, que ha estado a punto de cerrar, abra sus puertas de nuevo en marzo, que la plantilla tenga trabajo -aunque sea discontinuo, en muchos casos- y que podamos mirar hacia delante. Así es la vida, para que luego digan que la lucha de clases no está de plena actualidad.
En el sindicato, más que a algunos les pese, el trabajo no falta nunca, aunque a veces, demasiadas veces, el empleo sí.
En fin…larga vida a la CEOE, al PP y a la Iglesia, que por cierto estos días en que la caridad sustituye a los derechos tendrán más trabajo que nunca. A la gente de a pie, poquita vida nos va quedando…
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