Feb
11
Viajar es algo tan personal que un destino puede tener interpretaciones como viajeros lo visitan. Cada cual experimenta, observa y vive el lugar de una forma distinta. La literatura universal está repleta de experiencias viajeras, desde La Odisea de Homero hasta La vuelta al mundo en ochenta días de Julio Verne. Pasando por el Diario de a bordo de Cristóbal Colón y todo un sinfín de fantásticas obras y cuadernos .
Pero, más allá de los grandes literatos están las personas anónimas y sus propios recursos. Gracias a las actuales infraestructuras y la red de comunicaciones, cada día tenemos más posibilidades de viajar. Además, sin grandes dificultades, tal y como sostiene la joven andaluza y maestra de primaria, Reyes Villadiego. “Soy de la opinión de que se puede viajar con muy poco presupuesto. Eso sí, ajustándote el cinturón todo lo que puedas. Hoy en día hay muchísimas posibilidades de alojamiento, de comidas, de transporte, etc. Y si quieres, viajas por muy poco”.
A Reyes le apasionan los viajes desde bien pequeña, cuando vivía como una toda aventura una simple excursión a la playa. Más tarde, durante la adolescencia, los horizontes se fueron ampliando (Madrid, Barcelona, Valencia, Marruecos o Londres). Y posteriormente, la etapa universitaria, en la que sus compañeras solían delegar en ella la planificación de los viajes. Entonces comenzaron las pequeñas anotaciones en libretas a modo de diario.
Pero es en un viaje a Nueva York cuando la cosa va a más y toma la verdadera forma de cuaderno de viaje. “Venía otra amiga que es también muy dada a esto de los cuadernos de viaje, solo que ella disfruta más con la planificación y yo soy más del «después», así que hacemos un buen equipo. Ella trabajó un documento Excel donde recogía las todas las posibles actividades para cada día … era como comprar una guía de viaje personalizada. Yo iba anotando en la libreta lo que realmente hacíamos. Qué nos había parecido, consejos para otras visitas, precios, añadía tickets, entradas, folletos, etc. Era lo que ya venía haciendo, pero de una manera más completa, aunque aún sin fotos impresas”.
Los años han ido perfeccionando la afición de Reyes y hoy, sus cuadernos son (aunque de consumo familiar) perfectas guías de viaje con una información de lo más útil. Repasarlos es como hacer un viaje virtual a cualquier lugar. Mapas, hojas de gastos, historia, conversión de divisas, tickets, curiosidades y dibujos. También cuadros para poder escribir durante el viaje los acontecimientos más destacados, incluso fotos que ella incorpora una vez impresas a la vuelta del viaje.
Quienes no están acostumbrados a elaborar un cuaderno de viaje, quizás se pregunten cómo es posible esta tarea sin perder detalle.
Según Reyes, la clave está en no sentirse atado y entenderlo como un hobby. “La planificación que haces con antelación es para simplificar el tiempo durante el viaje porque puedes ya tener cierta idea de lo que te gustaría ver, o cómo te puedes mover por el sitio, qué zonas son mejores o cuáles puedes saltarte. Si bien hay que entender que no nos gusta estar atados a una planificación previa. Hay muchas cosas que finalmente no llegamos a hacer porque hemos decidido permanecer más tiempo en un lugar que incluso ni teníamos pensado. A veces, en el propio destino conoces a alguien que te aconseja algo que ni sabías, y cambias los planes. Esto es lo bonito de los viajes, los imprevistos, el dejarte llevar».
«Respecto a cuándo escribir, particularmente suelo escribir en mi diario durante los momentos muertos de espera: estaciones, trayectos de tren, avión, o ya en el hotel antes de dormir. El resto es para disfrutar y no perder detalle de la ciudad en la que estás”.
Reyes reconoce que viajar le ha aportado mucho, incluso su pareja, Borja, también viajero empedernido. Conocer otras culturas ha sido determinante en su vida. “Me ha ayudado en gran medida a convertirme en la persona que soy, a conformar mi personalidad. Me ha ayudado a tener seguridad y confianza en mí misma. También a planificarme, a tomar decisiones, a enfrentarme a miedos o superar prejuicios.
Se siente también afortunada por tener un trabajo que adora y que eligió por pura vocación. Éste además le permite viajar con frecuencia. “Intento viajar tanto en Navidad como en Semana Santa. Y por supuesto el verano, que es cuando me puedo permitir viajes de mayor duración. Además, son una grata recompensa por todo el trabajo que supone un curso escolar”.
Esta mujer enérgica y de sonrisa amplia se pone seria cuando se refiere a la educación de los menores. “Se dice que la educación es importante porque forma a los futuros ciudadanos y pienso que, en parte, es un error. Porque no sólo formamos al futuro, ya estamos formando al presente. Hay que escuchar a los niños y niñas desde ya. Tienen mucho que aportar y que decirnos, hay que abrirles el camino para que ellos mismos sepan tomar decisiones y elegir entre multitud de posibilidades que el mundo les ofrece”.
Actualmente, en el centro educativo sevillano donde Reyes trabaja se está llevando a cabo un proyecto con el alumnado enfocado a la “la vuelta al mundo”.
Su opinión sobre la posibilidad de que los niños y niñas puedan conocer otros puntos del mapa es contundente. “Es fundamental que conozcan distintos lugares, que salgan, que viajen, que se vayan a campamentos, que se integren con otras culturas, que aprendan idiomas, etc. Esto es lo que les facilitará formarse como ciudadanos, entender la inmensidad y globalidad del mundo, ser partícipes de la realidad social de hoy en día. Por supuesto, todo esto conlleva la adquisición de valores fundamentales, comenzando desde el respeto (hacia uno mismo y hacia los demás), la empatía, la perseverancia, la superación, el entusiasmo. Por otro lado, saber también gestionar otras emociones como el miedo a lo desconocido o la frustración cuando, por ejemplo, un plan no te sale como esperabas.
Si algo tiene claro Reyes es la importancia de la seguridad durante los viajes. “Intentamos ser cuidadosos y evitar zonas de riesgo, así que no nos hemos visto involucrados en ningún peligro”.
Aún con todas las precauciones, Reyes nos relata la última de sus anécdotas, protagonizada por su pareja durante las vacaciones en Indonesia. “En una visita al Monkey Forest (en Ubud) comprobamos que los monos se encuentran en contacto directo y permanente con los visitantes, se les puede dar incluso de comer. Todo era sorprendente y divertido, hasta que un mono se encaramó en la pierna de Borja. Comenzó a treparle por el cuerpo, hasta que subió al hombro, de ahí bajó de nuevo al brazo y como él no paraba de moverse para intentar quitárselo de encima, el mono intentó morderle en el brazo. La cosa no llegó a mayores gracias a uno de los guardas que consiguió rescatar al pobre Borja del mono y al mono de Borja”.
Al margen de este incidente, su colección de anécdotas no va más allá de subir a algún taxi con algún conductor medio loco, alguna turbulencia de más en el avión, una excursión de trekking de madrugada completamente solos en la montaña, o perderse en un zoco de Egipto o Marruecos.
A esta maestra y deportista le resulta difícil decidir un destino preferido. «Cada viaje te aporta tantas cosas, y todos son muy diferentes entre sí”. Aunque tiene claro que le encanta su tierra, Andalucía. También España, en especial el norte: “Tenemos un país precioso que hay que conocer bien antes de salir”. “En cuanto al extranjero, Egipto, por ejemplo, supuso un sueño hecho realidad. Fue el primer gran viaje con mi pareja. Nueva York o Berlín han marcado un antes y un después. Pero realmente, por ahora, me quedaría con Indonesia, ya no sólo por sus paisajes sino por su gente, tan especial”.
Los cuadernos de viaje de Reyes descansan en un mueble del salón de casa. Le sirven para revivir momentos pasados y para compartir sus viajes con las visitas que a menudo los curiosean. Reyes tiene un cariño especial al de Polonia, que fue el primero que elaboró con este formato tan completo.
“Me encantaría tener una gran colección, eso significaría que sigo viajando muchísimo. Y serán un bonito recuerdo en el momento que formemos una familia”.