Hubo un tiempo en que los responsables políticos hablaban del cambio. El cambio no sólo estuvo presente como eslogan en distintas campañas electorales, también “el cambio” se convirtió en la «bandera» a ondear, el «argumentario» a defender y hasta la «meta» a alcanzar. Tanto fue así que algunos, ingenuos, hasta creyeron ciegamente en él. Fueron tiempos holgados en que se podía «planificar» el futuro con sosiego. La revolución no tenía que ser inminente, se podía “controlar”. El “control” … eso tan querido y amado por nuestros…