Poco se ha hecho esperar la contrarreacción al famoso movimiento #MeToo. En esta ocasión, el rechazo procedía de un grupo de mujeres francesas con gran relevancia pública. Manifiesto en mano y sin pudor alguno, no dudaron en tachar a sus colegas, las actrices norteamericanas, de puritanas, y en ponerse al frente de una especie de causa llamada seducción, ahí es nada. No es la primera vez que…