¿Y qué pasa si se nos vincula con partidos políticos que comparten ideología?
¿Es que hay que esconderse?
¿Es que tiene una que renunciar a sus principios?
¿Cuándo además apenas que esos mismos partidos al gobernar “se columpian” y flaquean perjudicando los intereses de aquellas personas a las que representamos, no dudamos en salir a la calle y llegado el caso, incluso convocar una huelga general?
Lo que sí es cierto, y sobre eso debiéramos reflexionar, es que a la CEOE (los empresarios) no les pasa factura representar y ser brazo ejecutor -en los centros de trabajo y en la sociedad en general- de las directrices del conservadurismo más rancio y anticuado: las del PP.