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Sep
15

Un simple rasguño en el techo de cristal y la que se monta…

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El viento se rebela y menea bruscamente la densa flora salvaje, las nubes empiezan a arremolinarse, rayos, truenos y relámpagos retumban estridentes. Lluvias torrenciales rompen la armonía del “ecosistema” político. Desde lo más profundo de la selva resurgen los rugidos autóctonos de la fauna ibérica. Suenan tambores lejanos. La tribu patriarcal ya se ha puesto en pie de guerra desatando la ira de los dioses celestiales.

¿Una catástrofe natural? ¿Una bomba? ¿Un dramático accidente? ¿Un desahucio? ¿Un suicidio? ¿Un nuevo repunte del paro? Pues no, un simple rasguño en el blindado techo de cristal. Así de lamentable y vergonzoso.

Parece mentira que se nos llene la boca de datos (y digo bien: “nos”, a ellos también se les llena, mucho más cuando ocupan un alto cargo político-institucional) en notas internas, en análisis cuantitativos y cualitativos, “argumentarios” varios y a viva voz en ruedas de prensa.

Los airean ellos mismos, son datos contrastables y muy relevantes. Cifras y porcentajes que se empeñan en sacarnos los colores,  dejarnos en evidencia y, de paso, recordarnos que quedan muchos deberes por hacer hasta llegar a ser una sociedad justa, igualitaria y democrática donde todos, y principalmente todas, tengamos las mismas oportunidades para participar.

Somos más de la mitad de la población pero hay muchos mundos en los que estamos excluidas, ahí están los datos (2012)

Mundo laboral

–          EL 91% de los directores generales de empresas son hombres.

–          El 68% de las empresas españolas no cuenta en su consejo de administración con ninguna   mujer.

–           Más del 63% de la población parada con estudios universitarios  son mujeres.

–           Las mujeres ocupan el 75 % de los empleos a tiempo parcial.

–          Entre las personas con contrato indefinido las mujeres ganan un 23 % menos que los hombres, mientras que entre las personas contratadas por tiempo determinado, la diferencia salarial es de un 17%.

–          La congelación de pensiones también afecta más a las mujeres, cuyas pensión media es un 31% menor que la de los hombres.

–           El ingreso medio por hogar es inferior si la persona de referencia es mujer, 23.706€ frente a los 27.411 cuando el cabeza de familia es varón.

 Mundo Judicial

–          De los 20 miembros del Consejo General del Poder Judicial, sólo 7 vocales son mujeres..

–          En el Tribunal Supremo hay 10 juezas frente a 60 jueces.

–          En el Tribunal Superior de Justicia, 5 mujeres frente a 45 varones.

–          En la Audiencia Nacional, ninguna mujer preside una sala.

 Mundo político

–          De los trece ministros del Gobierno, cuatro son mujeres.

–          De los diecisiete presidentes autonómicos y dos de las ciudades autonómicas de Ceuta y Melilla, cuatro son mujeres (ahora una más).

–          Los presidentes del Congreso y del Senado son hombres.

–          De los 350 diputados de la cámara baja, 131 son mujeres, el 37,4 por ciento.

–          En el Senado, de 265 senadores, 91 son mujeres, es decir, el 34,3 por ciento.

–          Sólo un 26% de mujeres forman parte de los gobiernos de la Unión Europea.

–          El Parlamento Europeo cuenta con un 35% de mujeres.

 Mundo sindical.

¿Qué os voy a contar yo? Pues eso…

–          Segregación horizontal, las mujeres seguimos ocupando las llamadas “secretarías florero” (mujer, igualdad, salud laboral, medioambiente…).

–          Segregación vertical o techo de cristal: el 90% de las Secretarías Generales siguen ocupadas por hombres.

Podríamos seguir, podríamos hablar de la presencia de la mujer en los medios de comunicación, en la literatura, del número de Premios Nobel…etc.

Ustedes, señores, conocen estos datos, los vapulean de manera reivindicativa (como si la cosa fuera con otros y no con ustedes mismos) en ruedas de prensa, en entrevistas de TV y radio. En serio, ¿no les da vergüenza?.

El espectáculo es lamentable sobre todo cuando, llegada la hora de la verdad, ven amenazado su espacio. Es entonces cuando sacan del armario el taparrabos, se untan la cara, recuperan la lanza, el hacha, el arco y la flecha, silban a la tribu y, en sólo días, estamos de vuelta a la prehistoria.

Por si fuera poco, llegan a esgrimir, indignados, argumentos envenenados del más puro cinismo y a usar excusas baratas. Argumentos que jamás se utilizaron con ellos, los colegas “baronísimos”.

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Pues muy a pesar de todo ello, y probablemente (esto sí que jode) utilizando las mismas conspiraciones, herramientas y triquiñuelas, en Andalucía hoy, tenemos un Gobierno paritario con una Presidenta a la cabeza de éste.

No le había dado tiempo a la actual Presidenta del Gobierno Andaluz casi a respirar cuando ya caía el tremendo aluvión de críticas, eso sí, todas aclaraban que no eran por ser mujer ni por ser joven (excusatio non petita, accusatio manifesta). Sin haber llegado ya se le presuponía una mala gestión, un poco injusto ¿no creen?. Sobre todo teniendo en cuenta cómo está el país y lo poco que hemos tenido que ver nosotras con la gestión directa de éste en casi ningún aspecto. Esto sí que es “una herencia recibida” señores.

Todo ha valido, no se ha escatimado en detalles, Susana Díaz ha estado (y va a seguir estando, lamentablemente) bajo una gigante lupa. Se le ha criticado todo: la ropa, el look, el acento, la formación, el periodo académico, hasta su tendencia religiosa. Eso sí, pasando por alto por ejemplo el “look Sánchez Gordillo”, el “acento Valderas”, y un sinfín de defectos de nuestros viriles políticos ya asentados.

Dejemos las críticas para cuando haya hechos que criticar y critiquémoslos desde una perspectiva no sexista, porque Susana obviamente se equivocará, como todos sus antecesores, pero no lo hará por el hecho de ser mujer. Lo hará por el hecho de ser política y ostentar un cargo de responsabilidad.

Me he acordado también de Carme Chacón estos días, otro claro caso de machismo institucional convertido ahora en patética persecución. Resulta que una vez machacada dentro, si se le ocurre encontrar una salida fuera, tampoco vale, hay que perseguirla, criticarla y generar una nefasta opinión sobre ella, no vaya a ser que se le ocurra resurgir.

Si estas son las consecuencias occidentales de hacer un rasguño en el techo de cristal, es lógico que muchas no quieran ni saber el futuro que nos depara el techo ya roto. Y ciertamente hemos avanzado, sí, ya somos más civilizados, no nos queman en la pira, tampoco nos lapidan ni nos rocían con ácido como en la zona oriental. Es verdad.

No quiero extenderme más por hoy, así que dejo para otro momento el efecto “Pepote” y sus consecuencias “celuliticofóbicas”, o la tan dañina «mujer excusa».

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Mañana nos despertaremos, nos pondremos el disfraz de civilizados, analizaremos los datos, cacarearemos de pura inercia los porcentajes y nos preguntaremos hipócritamente: ¿qué ocurre para que las mujeres estén infrarrepresentadas en los cargos de poder y en los lugares donde se toman decisiones? Volveremos a hablar de techo de cristal, de segregación ocupacional, de violencia de género, de acoso sexual, de brecha salarial…

Señores fosilizados de la caverna progre, ahora sí, ya pueden llamarme feminista radical.

APL

  | 5 comentarios   | Laboral, Mujeres viajeras, Política

5 comentarios sobre “Un simple rasguño en el techo de cristal y la que se monta…

  1. Yo no quiero un puesto de trabajo por el hecho de ser mujer. Tuve que sudar 3 años para ganármelo cuando el 60% de los jefes eran hombres, pero conseguirlo porque ahora le toca a una mujer?? Tengo solo 30 años, y eso lo tengo mas que claro.

    • Irene, con 30 años solo has podido rozar algo del extremo machismo que ha vivido este país. Llevamos años humilladas y marginadas en todos los ámbitos de la vida y ahora nos toca a nosotras mandar aunque sea por la ley de la paridad que seguro que es lo que te ha llevado a ser esa jefa tan estupenda que dices que eres.

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