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Acabamos de celebrar el Día Europeo por la Igualdad Salarial y los informes en torno a esta fecha nos dicen cosas como que una mujer ha de trabajar casi 3 meses más al año que un hombre para percibir su mismo salario. Ni más ni menos.
Unos datos que deberían avergonzarnos, aunque pasen casi desapercibidos en el día a día, cuando nadie parece reparar en estos detalles que dificultan la vida de muchas mujeres.
Los contratos a tiempo parcial recaen mayoritariamente en nosotras (el 75 %).
Las intermitencias en la vida profesional las asumen ellas, saliendo y entrando del mercado laboral para conciliar. También eso lo desvelan los datos.
Cuando las empresas deciden premiar el trabajo suelen hacerlo por medio de pluses vinculados, por ejemplo, al esfuerzo físico o a una mayor antigüedad, valores estos que suelen reunir nuestros compañeros varones. Las nóminas dan fe de ello.